La Reserva Federal acaparó la atención por no hacer nada. Ésa fue la realidad de prácticamente todo 2016
Los mercados internacionales observaron de cerca la institución durante el año, a la espera de un movimiento en las tasas de interés tras el aumento que hubo en diciembre de 2015, cuando las elevó por primera vez luego de casi una década de mantenerlas en niveles mínimos.
Eso puede cambiar el 14 de diciembre, cuando el banco central más poderoso del planeta decida si eleva las tasas de referencia desde el nivel actual (entre 0.25 y 0.50%).
La Fed permaneció impasible a la espera de mayores evidencias de fortaleza en la economía. En tanto, observaba de cerca las encuestas de empleo estadounidense, eventos como la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea y las preocupaciones por el crecimiento de China.
Con la actividad económica en terreno más firme, el mercado fue previendo el movimiento durante todo el año, pues perjudica en todo el mundo y es una de las razones detrás de la caída del peso frente al dólar. Las posibilidades de que la Fed eleve las tasas en diciembre son de 100%, según los futuros de fondos federales, un instrumento que permite ver la percepción del mercado sobre los movimientos del banco central.
Mover las tasa de interés es una herramienta que usan los bancos centrales para controlar la inflación e impulsar la actividad económica.
El incremento en el precio del dinero en Estados Unidos repercute en el crédito de ese país, y los efectos se sienten más allás de sus fronteras.
Al aumentar las tasas, se vuelven más atractivos los activos financieros estadounidenses, por lo que países emergentes, como México, Brasil y Colombia, corren el riesgo de que los inversionistas abandonen sus mercados.
Por ello, se espera que una vez que el banco central estadounidense eleve el precio del dinero, el Banco de México actúe en consecuencia y aumente la tasa de referencia desde el nivel de 5.25% para mantener atractivo al país y evitar una mayor depreciación del peso.