En el edificio ubicado en Xochicalco y Emiliano Zapata, los habitantes colocaron sus pertenencias en la banqueta.
Por Roberto Cisneros
Foto: Jesús Almazán
Reyna Margarita Pérez Valle deambula por División del Norte, contando su historia entre lágrimas a quien la quiera escuchar. El sentimiento de desamparo, a tres días del terremoto de 7.1 grados Richter que desgarró a la Ciudad de México y dejó a cientos sin hogar, hace que aclare y alce su voz para demandar atención a los dueños del edificio donde vivía como conserje y portera, a las autoridades, a los partidos... alguien que la pueda ayudar.
“Por la necesidad de la vivienda me quedé ahí, ya soy una persona de la tercera edad, no me quieren reconocer mi antigüedad, nunca he tenido vacaciones, me suspendieron mi sueldo cuando contrataron a mi esposo, nunca me dieron seguro, y ahorita estoy desamparada, no tengo dónde vivir”, relata Reyna quien decidió abandonar el edificio ubicado en la calle de Petén.
La vecina de Benito Juárez dice que el sismo que sacudió a la capital del país el 19 de septiembre, dejó al inmueble de tres pisos con mucho riesgo y teme por su seguridad. Los dueños del inmueble le ofrecieron quedarse, pero ella no quiere correr ningún riesgo y prefirió dejar atrás los 40 años de vecindad que tiene en el inmueble.
Reyna Margarita Pérez laboró como portera por más de 40 años en un edificios de departamentos en Petén, hoy tuvo que dejar su hogar y trabajo por miedo a que el edificio de caiga por los daños que tiene después del sismo.
Reyna es parte de un grupo de damnificados que comienzan a captar atención, pues son personas que aunque sus inmuebles no colapsaron, sí sufrieron daños y algunos ya no será posible habitarlos.
El Gobierno de la Ciudad de México realiza una censo para determinar el número de inmuebles en riesgo después del sismo, pero hasta ahora han recibido más 3 mil 848 con reporte de algún daño.
El jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, señaló este jueves que en las revisiones que han llevado a cabo los 2,600 brigadistas desplegados, se ha logrado dictaminar la condición de más de 2,000 inmuebles resultando afectaciones leves, moderadas y graves.
De acuerdo con información de la Delegación Cuauhtémoc —donde se encuentran las colonias Roma y Condesa, que fueron de las más afectadas— se tiene detectados 51 inmuebles de alto riesgo en 22 colonias.
El edificio ubicado en Xochicalco y Emiliano Zapata, que era habitado por 80 familias de manera irregular fue desalojado por las afectaciones sufridas después del sismo.
En las otras delegaciones no se cuenta aún con la información, pero basta recorrer las calles de la Roma, la Condesa, Narvarte, Del Valle o Portales para ver observar decenas de inmuebles acordonados con cintas de seguridad que impiden el paso para resguardar a la población por las fracturas que hay en los edificios.
Reyna Margarita invita a su vecino Florencio Hernández, quien llevaba nueve años como conserje del edificio de seis pisos en Petén y Zapata que colapsó, a que cuente su experiencia.
Florencio relata que, minutos después del sismo el mismo logró rescatar viva a su hermana entre los escombros, quien se encontraba en el cuarto de servicio.
El vecino coincide en que ha habido desatención para los afectados. “Para mí, no ha habido nada de las autoridades”, reprocha al lado de su auto que encontró a una calle del que fue su trabajo y su domicilio, destrozado por los escombros y ya desmantelado y vandalizado. “Voy a quitarle la tierra y lo voy a vender como chatarrita”, comenta.
Irma Enríquez Sánchez está a la espera de que les permitan sacar sus pertenencias en el edificio de la calle de Tokio, donde una torre se cayó.
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El jefe de Gobierno capitalino comprometió apoyo. "¿Que si nosotros vamos a apoyar a la gente? Por supuesto, con recursos hasta donde se permita. Ahora, el Fonden (Fondo de Desastres Naturales) no va a ser para búsqueda y rescate, esto que estamos realizando ya el trámite y esta declaratoria de desastre es para la reconstrucción", aseguró.
Pero los afectados desesperan por la incertidumbre de los próximos días, en especial luego de que la ayuda y la atención mediática comiencen a disiparse.
Irma Enríquez Sánchez, está a la espera de que les permitan sacar sus pertenencias más importantes del tercer piso de un complejo de tres torres en la calle de Tokio, dos de las cuales cayeron durante el sismo y una quedó inclinada.
Irma y sus vecinos de las torres colapsadas alcanzaron a salir gracias a que sólo se deslizaron las paredes, y lograron salir por las ventanas y los escombros.
En este edificio de Tokio, en la colonia Portales se cayó una de las tres torres que lo conforman, por lo que tuvo que se evacuado.
Las autoridades les han dicho que el edificio no tiene daños mayores, pero ella no confían. “Nos da pendiente que dejen la torre porque imagínate otro temblor”, dice.
La duda es la misma: “No sé la Delegación o alguien, nos pueda ayudar”
A esta zozobra se suman los temores de la rapiña, por lo que se turnan para evitar saqueos por la noche, con ayuda del Ejército.
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Los encargados de una pizzería en la Roma Sur también reportan falta de supervisores para evaluar los edificios dañados, como el de su negocio en la calle de Mazatlán.
Brenda Moreno se muestra comprensiva ante la carga de trabajo de las autoridades, y llama a “ser responsables”.
“Por fuera parece que tiene daños severos, pero por dentro sí hay muros con fracturas. No ha venido ninguna autoridad a clausurarlo, pero por precaución la dueña del edificio lo desalojó. No habíamos tenido luz hasta el martes a las 10 de la noche, y no ha sido posible operar ni hacer nada”, expresa.
“Ya lo solicitamos varias veces (el diagnóstico), supongo que por la demanda no han podido venir y estamos a la espera”, señala Brenda quien justo esperaba la visita de la autoridades.
Pero ante la ausencia de los peritajes, prefieren no desalojar aún el negocio ni los departamentos de los pisos superiores.
Vecinos de la colonia en las calles de Tlacotalpan y Tuxpan, así como en Parras, en la Condesa, se apuran a sacar sus bienes y ante la prisa y la emergencias, prefieren concentrarse y no dar declaraciones. Deben comenzar de cero, pero dicen, tiene vida para hacerlo.
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