Uber, Google, United Airlines, General Electric, AT&T y Time tuvieron una año para olvidar.

Desde robos de información hasta la pérdida de una mascota, en el 2017 estas empresas internacionales estuvieron en el ojo del huracán.

Uber, sexismo y un hackeo masivo

En junio, el director de Uber Technologies Inc, David Bonderman, anunció su renuncia al consejo de administración de la compañía tras unas declaraciones que hizo durante una reunión de empleados que fueron consideradas ofensivas para las mujeres.

El escándalo explotó cuando, en febrero, una empleada -Susan Fowler- acusó de sexismo sistemático a la compañía. La ingeniera hizo una publicación en su blog detallando la supuesta mala praxis de la compañía y su fallo para corregirla. Eso incluyó que un supervisor le propuso tener sexo con él.

La compañía emprendió una serie de investigaciones y despidió a 20 empleados basándose en los hallazgos de casos de acoso sexual dentro de la firma.

Meses después, la empresa de transporte privado anunció que destinará 5 millones de dólares para la prevención del acoso sexual y la violencia doméstica.

Hacia finales de año, la empresa volvió a enfrentar otro problema: el director general de Uber, Dara Khosrowshasi, reveló que los datos de 57 millones de usuarios en todo el mundo fueron hackeados a fines de 2016.

Entre esos figuraron 600,000 choferes estadounidenses, cuyos nombres y números de permisos de conducir fueron pirateados.

Autoridades de distintos países como México, Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Filipinas, dijeron que levantarían investigaciones sobre el caso.

United Airlines saca a un pasajero y pierde una mascota

En abril, la aerolínea fue expuesta en redes sociales cuando un grupo de personas grabó un video del momento en que las autoridades arrastran a un hombre para sacarlo de la aeronave, luego de que este se rehusara a dejar su asiento.

El incidente ocurrió después de que United pidiera a los pasajeros que renunciaran voluntariamente a sus cupos en el avión, pero ninguna de las personas aceptó la oferta de la aerolínea. La empresa les ofreció hasta 10,000 dólares por renunciar a sus asientos.

La empresa requería los lugares, pues cuatro miembros de la tripulación necesitaban subirse al vuelo para poder trabajar en otro trayecto desde Louisville. De lo contrario, explicó la portavoz de United Maddie King, ese vuelo sería cancelado.

Tras el suceso, la empresa perdió 250 millones en su valor de mercado y eso no fue todo: el pasajero, David Dao, demandó a la aerolínea debido a las lesiones que sufrió.

La empresa y Dao lograron un acuerdo a través de abogados aunque no se dio a conocer el monto de la indemnización.

En el mismo mes, aún cuando el escándalo del pasajero seguía siendo un problema para la aerolínea, un conejo gigante de casi un metro de largo murió durante un vuelo de United Airlines que despegó de Londres a Estados Unidos.

El conejo cuyo nombre era Simón tenía 10 meses y se esperaba fuera nombrado uno de los más grandes del mundo, era trasladado al aeropuerto de O'Hare en Chicago luego de haber sido adquirido por una celebridad.

El animal murió en la sección de carga del avión Boeing 767 después de abandonar el aeropuerto londinense de Heathrow.

Los dueños del animal solicitaron una compensación económica, pues United cremó los restos de Simón sin su permiso. Con ello, los propietarios no pudieron demostrar que United actuó responsablemente en el transporte del que pudo haber sido el conejo más grande del mundo.

La caída de General Electric

El 2017 no fue el año de General Electric, pues cada vez su imperio se hace más pequeño.

La empresa ha abandonado su gigante portafolio inmobiliario, su negocio de lavavajillas y electrodomésticos, así como las legendarias propiedades de medios NBC y Universal Studios. Recientemente, desechó su negocio de agua y una unidad que hace equipo eléctrico para herramientas. Incluso se deshizo de la división que lo distinguía: los focos.

En junio, la empresa anunció la salida de su presidente y director general, Jeff Immelt, quien estuvo en el cargo desde el 2001, y sus acciones que cotizan en el índice Dow Jones también reportan su peor caída desde el mismo año.

General Electric había dicho que la salida de Immelt era la culminación de un plan de sucesión puesto en marcha en 2011. En su lugar quedó John Flannery, de 55 años, y quien fungía como jefe de la división de salud de la empresa, cuyas ventas crecieron 5% en 2016.

Tras su nuevo plan de reestructuración, la empresa decidió enfocarse en tres áreas principales: aviación, salud y energía.

AT&T y EU, a tribunales por Time

AT&T anunció en 2016 que iba a adquirir a la empresa madre de CNN, Time Warner, por 85,000 millones de dólares. Tras comprar a DirecTV a principios de la década, la empresa se convirtió en el mayor proveedor de servicios de televisión del país y quería ganar cierto control sobre el flujo de su contenido en la red.

Se esperaba que el acuerdo fuera aprobado porque las empresas no compiten entre sí, sin embargo, el Departamento de Justicia del presidente Donald Trump fue el primero, desde la administración de Carter, en luchar en contra de una fusión entre dos compañías con diferentes líneas de negocio.

El mandatario estadounidense intervino en la demanda del Departamento de Justicia de su país para bloquear la compra de Time Warner.

"Personalmente, siempre he sentido que no era un acuerdo bueno para el país. Creo que sus precios subirán", dijo el mandatario. "Pero no me entrometeré. Es litigio".

Las declaraciones de Trump se dieron un día después de que el Departamento de Justicia interpusiera una demanda para bloquear la adquisición de Time por parte de AT&T bajo el argumento de que dañaría la competencia y afectaría a los consumidores.

El presidente estadounidense ha arremetido en distintas ocasiones en contra de CNN, propiedad de Time Warner. Incluso, la cadena de noticias estuvo vetada de las conferencias de prensa debido a que el presidente ha calificado a la cadena de hacer ‘Fake News’.

Google y la desigualdad de género

Todo empezó cuando los ejecutivos de Google respondieron a un manifiesto de 3,300 palabras escrito por uno de sus ingenieros, donde se argumentaba que las mujeres no son aptas para empleos en tecnología por razones "biológicas".

El documento también sugería que las mujeres pueden quedar rezagadas detrás de los hombres en los puestos del sector tecnológico por ser menos asertivas y más neuróticas. Esto encendió un debate feroz dentro y fuera de la empresa. El autor del documento fue despedido.

La vicepresidenta de Diversidad, Danielle Brown, y el vicepresidente de Ingeniería, Ari Balogh, condenaron las afirmaciones de los documentos y defendieron los esfuerzos en diversidad de Google.

El Departamento de Trabajo de Estados Unidos demandó a Google para que la compañía entregara los datos de compensación de sus empleados. Un director regional del Departamento de Trabajo testificó posteriormente que Google paga menos a las mujeres.